
Opinión

Ing. Henry Alfaro Rojas, MGP.
Vivimos entre rejas, así es, ya muchas de nuestras casas son verdaderas cárceles, eso para
la mayoría de nosotros. Para un grupo más reducido es vivir dentro de condominios que
son cárceles más lujosas y grandes, donde hay piscina, canchas deportivas y hasta rancho
para fiestas, todo dentro de una gran cerca con guardia de seguridad 24/7 y por supuesto
con vigilancia electrónica y monitoreo; y para un grupo selecto, vivir en comunidades
privadas, más grandes todavía, que incluyen clubes privados, escuelas y colegios exclusivos,
si exclusivos, porque los socios se reservan el derecho de admitir los miembros de su
“comunidad”.
Ni pensar en llevar a los hijos e hijas al kínder, escuelas y colegios públicos porque la moda
por calidad, estatus y seguridad es pagar educación privada. Por favor, un momento,
hagamos un alto, acaso ¿esa es la Costa Rica que realmente queremos?. Aquí hace rato
estamos muy mal por si no se habían dado cuenta, robar hasta cierto punto no es delito, ni
mal visto ¡Qué mae más vivo ese!, los más rasos roban tiempo, copias, papel, lapiceros,
combustible, cosas a su alcance; quién no ha llegado a una soda y enfrentarse a que la cajera
le pregunte que por ¿cuánto le hace la factura?. Si, así es, nuestra sociedad es corrupta, los
de abajo dicen que roban ¿por qué los de arriba también lo hacen?. Sería muy interesante
saber cuánto de la corrupción esta en mandos medios y cuanto realmente en dirigentes,
porque conozco muchos que han llegado inspirados, con ganas de aportar, y el “sistema”
no los deja. Este país está jodido, nuestro sistema se acoraza y expulsa a cualquiera que
decida cambiar lo que está mal.
Pero a nadadito de perro, tirando la pelota de un lado al otro, nos dirigimos al despeñadero
y si, es hora de darnos cuenta qué hay acciones que resultan urgentes e impostergables. Ya
no es aceptable patear la pelota para adelante, ya no hay para más préstamos, pensiones,
ni siquiera para inversiones con cargo al presupuesto, ya no podemos seguir cubriendo
gastos ordinarios con ingresos extraordinarios de plata prestada.
Es hora de enfrentar décadas de acciones irresponsables de políticos, directivos, gerentes,
mandos medios y en general de muchos que se acostumbraron a poner la mano sin ser
productivos ni cuestionarse que le han estado aportando a Costa Rica.
La Costa Rica hermosa, donde crecimos muchos, que hoy tenemos 40 años o más, jugando
bola en las calles, quebrando ventanas porque no había rejas y cogiendo café en los veranos,
donde compartimos con familias enteras de San Carlos y Zona Sur que venían de temporada
a hacer su agosto, desde zonas con menos oportunidades, no existe hace rato. Hoy son
nicaragüenses en mayoría los que recogen el café, cortan y siembran caña, piña y mucho de
nuestra agricultura, y no pueden hacerlo de forma legal, porque el mismo sistema no lo
permite. Es tan complicado sacarle un permiso de trabajo a un trabajador que simplemente
no se hace y eso fomenta la informalidad.
Hoy son muy pocos los ticos jóvenes que cogen café, ni pensar en enviar sus hijos de
vacaciones al cafetal donde el abuelo, ni a la tienda, o al super a jalar bolsas, seguro los
propios hijos demandarían a sus papas, ¿Qué van a decir?. Es terrible lo que nos pasa,
cuándo en USA es común que los jóvenes se ganen la vida desde los 15 años, aquí estamos
creando una sociedad de vagabundos e indisciplinados. Que terrible realidad hemos creado.
Ganas de llorar y nostalgia, por esa patria que fue y ya no es… tristeza invade mi ser y no
encuentro respuesta simple, aunque si muchas acciones y de eso se tratan estas líneas.
Aunque soy tremendamente progresista, cuando de la sociedad se trata, el asunto de dar
oportunidades por igual debe estar en el ADN del país entero si queremos mejorar, ser
progresista pasa por entender que el bienestar debe ser para todos los que den su lucha, el
país debe ser un facilitador de oportunidades, reglas y mecanismos que permitan que los
ciudadanos empiecen por el buen ser, aprendan el bien hacer y logren el bien estar,
individual y familiar sí, pero que sería imposible lograr de forma sostenida sin una sociedad
con valores, que reconozca el respeto, la dignidad y el valor del derecho ajeno, eso NUNCA
se logrará si hay desigualdad, escasez de trabajo, hambre y miseria entre nuestros
ciudadanos.
Es urgente modificar nuestro sistema educativo para que la educación pública sea tan
buena como la privada, en todos los niveles. Este debe ser el primer paso en la línea de
volver a una Costa Rica donde podamos conversar y dialogar, por eso antes era más fácil,
es simple, éramos más iguales. Todo ese sistema debe ser liderado por el Estado, y por
supuesto que se requiere un ministro de educación que inspire respeto, no un amigote del
presidente y al igual que con el sistema de colegios científicos la selección por competencias
y NUNCA el poder adquisitivo será la razón de ingreso ni la razón para que un costarricense
tenga desde su infancia menos oportunidades que otros.
Reorganizar el Estado y aunque a disgusto de muchos, debemos tener un estado facilitador
y orientador de políticas públicas que apoyen al emprendedor, estamos llenos de gente
luchadora, innovadora, creativa, líderes y gerentes que hoy las transnacionales han
colocado en lugares de privilegio en todo el mundo. Nunca más un estado empresario del
campo, ni de la industria. El estado es y debe ser la mejor empresa de servicios para
sentirnos orgullosos de cada funcionario que nos ayude a salir adelante a quienes con
trabajo honesto contribuyamos con la seguridad social, los impuestos y demás
contribuciones que permita tener una justa distribución de riqueza y oportunidades.
Cada institución debe revisar su plan de gastos, priorizar verdaderamente en sacar de la
pobreza a los más necesitados, un verdadero plan de erradicación de tugurios y vivienda
digna para familias en estado de pobreza, crédito fijo a 30 años al 8 %, sin miedos, apoyado
en los Gobiernos locales que están mas cerca de la gente. Eliminar de una vez por todas las
trabas para que las municipalidades puedan regular su territorio sin pasar por la inoperancia
de un INVU que debió cerrarse hace algunas décadas, o de un SENARA que invade
competencias. Con Setena es suficiente. Para ello se requieren diputados valientes que
hagan las reformas.
Claro que podemos ser el país mas feliz de mundo, lo tenemos todo, solo se requiere dejar
las banderas de la politiquería de la mezquindad y poner a Costa Rica primero, sin miedo,
hay que tender puentes y construir alianzas. La palabra la tienen ahora Poder el Ejecutivo,
el Legislativo, el Judicial, los Sindicatos y cada uno de nosotros. Empecemos por respetarnos
e inculcar un sentido de responsabilidad por la patria que heredamos y la que heredaremos
a nuestros hijos.
Artículo de opinión del ingeniero Henry Alfaro, ex alcalde y ex presidente del concejo municipal de Grecia.
( Foto Encuentro Municipal, la foto fue tomada cuando era Presidente del Concejo Municipal de Grecia)